25.8.24

Desmitificando a los señores Fermín Sosa, padre e hijo.

      En realidad, todo es humano, con sus grandezas y sus miserias, cuando se resaltan las primeras y se esconden las segundas, el producto resultante es controvertible. Aunque entiendo al ponente, en un acto del tipo al que fue llamado a exponer, no todo cabe. Aquí, sí.

     Manuel Fermín Sosa Taño, cuyos logros e incuestionables aciertos y buen hacer, él mismo se encarga de dar a conocer, en su “Manifiesto de un alcalde” instaura una línea oficial que nadie se ha atrevido a cuestionar a través del tiempo. Siendo esta cierta y ampliamente defendible, también lo es el decir que, en su aspecto político, fue una flor que prosperó en la dictadura y marchitó en la democracia.

      Alcalde de la etapa del Directorio Civil de la dictadura de Primo de Rivera, no desperdició ocasión de acariciar las borlas del fajín del general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, II Marqués de Estella, al que hizo Hijo Adoptivo de este pueblo, dio a una calle, antes denominada “La Fuente” el nombre de “Trece de Septiembre”, fecha del golpe de estado del general, entonó Te-Deum, le dedicó conciertos de música, patrióticos discursos y adhesiones a “la causa”, tan masivas como la recepción de quinientas damas de El Paso a la Unión Patriótica en 1928.

      Las quinientas damas, los ciento veinticinco comensales, todo a lo grande, pero falto de solidez, la máquina de Manuel Fermín quebró y se desinfló al acabar la dictadura en 1930. Cuando tres años después Manuel Fermín Sosa Taño se mide en las urnas frente a otros oponentes políticos fue arrasado por los `Republicanos Palmeros´ con sus siete concejales, superado por los `Radicales´ con sus tres concejales y solo dejó por detrás a `Acción Popular´ con un concejal. El partido del señor Manuel Fermín, `Derecha Republicana´, solo obtuvo dos actas, una de ellas la del señor Sosa Taño, aspirante a Alcalde relegado a concejal en un grupo minoritario.

     Que su pueblo le otorgó el nombre de la plaza circundante de la iglesia nueva es una forma de decir que su nombre venía dentro de un paquete de cambio de nombres de calles en relación a escrito del gobierno civil de la provincia para barrer la nomenclatura republicana. Era el 7 de octubre 1936. Mandaba el gobierno civil cambiar la plaza de Fermín Galán por el de Manuel F. Sosa Taño, como ex alcalde y líder de derechas, cambiar la calle Ángel García Hernández restituyéndola por “13 de septiembre”, fecha del golpe de Miguel Primo y dictaba otra serie de nombres de calles como “Generalísimo Franco”, “comandante Castejón”, “General Mola”, “Héroes del Alcázar” y “José Antonio Primo de Rivera”.

     Resulta curioso de que el nombre de “Héroes del Alcázar” estaba destinado a “la calle que va al cementerio viejo”, que parece ser la misma que el 1º de julio de 1925, a propuesta del concejal Juan Simón Fernández se designa con el de Fermín Sosa, en honor a Fermín Sosa Pino, padre de Sosa Tañoen agradecimiento por gestiones para la división parroquial”.

     En los dos periodos en que ejerció la alcaldía el señor Sosa Pino la prensa local lo vapuleo en varias ocasiones. “La Defensa” el 3-11-85 le satirizó en un escrito de uno de sus adversarios políticos, en el periódico “Aseró” el 11-7-1886, le acusan de desviar parte de la Prestaciones personales para construir paredes desde los cimientos en fincas de su propiedad. Y sigue la edición haciendo críticas de este alcalde. Todo esto en el primer mandato de Sosa Pino.

      En el segundo, la cosa es más pintoresca. El periódico “El Germinal”, el 16-7-1907 publica una queja de “nuestro colega” de El Eco de la Verdad de El Paso (un periódico de nuestro pueblo), que al ser presentado el primer número de dicho periódico pasense al alcalde, tal como previene la ley de imprenta, el alcalde Fermín Sosa montó en cólera por no quererlo de manos de un empleado, sino que debía presentarse su director. Ello le lleva a criticar al alcalde: ¿no comprende que irle a este buen señor con periódicos, es algo así como echarles margaritas a los cerdos?