19.10.23

Elección de alcalde y discurso durante el más ardiente y largo verano de octubre.

 

      La primera sorpresa de la elección de Eloy Martín Barreto como alcalde de El Paso fue el silencio en los medios digitales escritos, porque, cierto que hubo una ya conocida televisión por allí, que grabó una sesión muda y que solo dio voz al discurso del ya nuevo alcalde. Las demás intervenciones no eran objeto de su difusión ni merecedoras de su presencia. Iba a lo que iba.

      Silencio en los medios digitales escritos -decía antes- porque entre la celebración de la sesión para nombrar nuevo alcalde y la publicación de la primera noticia, oficial de la institución o partidaria del grupo de gobierno (que en este ayuntamiento nunca se sabe lo que es una cosa u otra, por la simple razón de que nunca lo supieron) transcurrieron 29 horas, mirad si eso es tiempo que los concejales socialistas sacaron una nota de prensa antes de la “oficial” del entorno del nuevo alcalde.

      El discurso del nuevo alcalde, se caracteriza por:

      Un acatamiento al “jefe omnipresente”, por duplicado. “De modo en especial mi gratitud a la asistencia del presidente del cabildo insular Sergio Rodríguez”, así, de entrada, para poco después reincidir, “desde la alegría y el orgullo debo dar las gracias a quienes lo hacen posible, en primer lugar, a Sergio Rodríguez

      Las gracias se extienden a Ángeles Fernández y al Comité Local de Coalición Canaria, ni una mención a los más de tres mil votantes reducidos a accionistas de una “empresa” en la cual depositaron un capital de votos con el que trafican, trapichan y comercian los del triunvirato Sergio – Ángeles - Comité Local. Por eso las gratitudes van dirigidas a ellos, los dueños del botín.

      Las apelaciones a la familia y a la religión que se profesa son libres y respetables, un recurso muy utilizado, pero definirse como los mejores sobre los episodios de la pandemia, el incendio de 2021 y el volcán del mismo año, es un desprecio hacia otros municipios que también sufrieron las mismas plagas, a las Juntas de Sanidad de su propio municipio que se enfrentaron al contagio por viruela y otras enfermedades infecciosas, a los que dieron sepultura a difuntos de los que huía la población aterrorizada o los que quemaron casas para combatir los focos de los patógenos.

      Es falso que se enfrentaran al primer incendio “interfaz” de Canarias. En 2007 la UME se estrenó en Gran Canaria en uno de ellos, igual año La Gomera conoció sus estragos y en 2009 Mazo y, sobre todo Fuencaliente, pagó un alto precio en perdidas de viviendas, incluso con algún herido.

      En cuanto al volcán de 2021, les remitimos a los escritos e investigaciones de Juan Carlos Díaz Lorenzo sobre el Volcán de San Juan. Eran tan humildes en 1949 que la adversidad estaba en su vida cotidiana, les prometieron lo esencial y no les dieron nada. Lo más que tuvieron fue la solidaridad de las gallofas y la emigración venezolana. Es conveniente leer a Díaz Lorenzo, a otros investigadores e, incluso, las décimas del momento.

      Falta agregar que, en el octubre de la elección de Eloy, El Paso estaba inmerso en la que podría ser su ola de calor más larga desde que hay registros y, a pesar de eso, el alcalde se eligió. Otro hecho memorable en los hitos de desventuras, desgracias, infortunios e infelicidades, que jalonan el camino a distinciones honoríficas que anhelan sin complejos.

     El video de una abuela centenaria a la que entran por la puerta con una tarta el alcalde de El Paso y la concejal de Servicios sociales, en plena pandemia, mientras sus nietos no la podían ver por medidas sanitarias, no es seriedad y rigor. No se sabe si es ficción o realidad las historias de concejales con botellas de butano al hombro entre las llamas, ni el episodio de “la humilde historia sin fotos” de Sergio Rodríguez y Fernando Clavijo sacando muebles de las casas entre los ríos de lava, unos momentos de riesgo extremo en que la historia de La Palma y de Canarias pudiera haber cambiado si llegan a inmolarse por su pueblo alguno de estos autodefinidos héroes.

     Finalmente, una crítica a una promesa contenida en el discurso de don Eloy Martín, “Me pongo una obligación que pongo como meta de nuestro gobierno y es que ninguna persona tenga que salir de El Paso para resolver sus problemas y satisfacer sus necesidades”. Eso dijo don Eloy en su discurso de envestidura, sin reflexionar ni detenerse a pensar que, precisamente por eso se han ido la alcaldesa y el alcalde que le han precedido. De no haberse ido ambos de El Paso, don Eloy no hubiera entrado de alcalde.