Cambio de ciclo: don Pedro Martín Hernández y Castillo.
Quedamos en que las memorias e historias
sobre la banda de música imperantes a final del siglo XX ponían el comienzo de
la transición entre la era del Sr. Don Vicente Capote Gutiérrez con el Sr.
Sales en 1906, con la llegada a la dirección de la banda de don Pedro Martín
Hernández y Castillo, en adelante don Pedro Castillo y agrega “hasta 1911”.
Una nueva transición, porque en marzo de
1911 es cuando “Alonso Pérez Díaz regala los instrumentos de una nueva banda
que se llamaría de los liberales y la otra sería conocida como Banda Vieja. Don
Pedro dirige la de los liberales y don Ángel Herrera Pombrol la de los
conservadores o banda vieja”.
El cronista oficial, en 2006, llega a
esta nueva etapa simplemente diciendo “Se forma en 1911 la «Banda de los
Liberales», pues el líder liberal en La Palma, Don Alonso Pérez Díaz, fue
quien, para oponerse al bando conservador, donó al pueblo de El Paso los
instrumentos que poseía una vieja banda. Director de la nueva banda resultó
nombrado Don Pedro Martín Hernández y Castillo”.
Con distintos estilos, ambas
fuentes, coinciden y ambas dejan abiertas a la interpretación del lector que,
si don Pedro Castillo dirige la banda de los liberales es que debía ser un
liberal, un simpatizante de don Alonso Pérez Díaz, pero no lo dicen.
Prácticamente diez años después aparece publicada la obra poética de don Pedro
Castillo «Notas
Canarias o Espejo de la vida» con prólogo del letrado don Alonso Pérez Díaz que
llama a don Pedro “mi meritísimo amigo”. Pero nunca se resalta esta afinidad,
esta amistad, se limitan a decir que dirigió la banda de los liberales porque
no les queda otro remedio.
Las ya aludidas memorias de finales del
siglo pasado dicen “A la muerte de Herrera Pombrol se unen las dos bandas y por
iniciativa del alcalde Fermín Sosa Taño se denomina Banda Municipal de Música
de El Paso, folio 26, acta 15 diciembre de 1928 y nombra director de don Pedro
Castillo”. Cabe interpretar, se municipalizan ambas bandas de música
fundiéndolas en una sola y don Pedro Castillo pasa a ser funcionario municipal,
ocupando la plaza de director a sueldo de la administración.
Vuelve a haber coincidencia con la
publicación del cronista oficial en 2006 “En sesión de la Comisión Municipal
(folio 62), siendo alcalde Don Manuel Fermín Sosa Taño (período 1927-30), se
acuerda declarar como municipal y patrimonio cultural a la banda de música que
dirige Don Pedro Martín Hernández, destacado músico, pedagogo y poeta”.
Si en 1928 tenemos al don Pedro
funcionario, en la sesión constitutiva de la nueva corporación, de fecha 10 de
marzo de1930 lo encontramos como concejal, es la faceta del don Pedro político,
es el tabú que nada ni nadie ha querido admitir. Y esa amistad con el mítico
líder de los liberales palmeros, esa dirección de la banda de música de los
liberales, ese paso por la corporación pasense como miembro de la misma puede
estar detrás de la causa de los problemas y represalia sufridas.
Primero, cosa lógica, el pleno tuvo que
declarar la compatibilidad entre su puesto de director de la Banda Municipal de
Música y su desempeño como concejal, compatibilidad que fue declarada, además,
su situación como edil terminó en abril de 1931 con la llegada de la nueva corporación
republicana.
Pero los verdaderos problemas llegaron
con los nuevos ocupas del ayuntamiento, las gestoras que subieron al poder a
partir de julio de 1936. El 18 de mayo de1938, mediante reglamentaria instancia
don Pedro Castillo, en calidad de director de la Banda Municipal de Música,
tiene el valor de reclamar que se le abone la deuda de sus haberes como
director desde 1936.
En 1939 encontramos un recurso de nulidad
y propuesta denegatoria de la inclusión en el escalafón oficial del Sr.
Castillo, una Orden del Delegado de Hacienda de que se incluya en el
presupuesto el sueldo de don Pedro Castillo, un acuerdo del ayuntamiento de
encargar un dictamen a un letrado contra la orden del delegado de hacienda, el
dictamen del letrado, el abogado que hace el dictamen para el Ayuntamiento es
don Pedro Cuevas Pinto, se conoce en pleno del 29 de agosto de1939 y se toma
acuerdo sobre él con fecha 2 de septiembre de 1939.
Enterado
del acuerdo tomado por la gestora municipal, don Pedro interpone contra el
mismo un recurso pidiendo que quede sin efecto y reiterando el pago de sus
emolumentos. La gestora, el 10 de octubre de 1939 vota contra el Recurso y se
niega a pagarle. Pero la gestora sabe que algo está haciendo mal, porque vuelve
a tratar sobre el recurso el 31 de octubre inmediato, pero se vuelve a negar a
pagarle. El 28 de noviembre siguiente, lo que acuerda es el envío a la
Audiencia Provincial del recurso interpuesto por don Pedro Castillo, pero el 5
de diciembre se arrepienten de enviarlo a ningún lado y convierten el último
acuerdo en dejar pendiente de resolución al recurso de reposición de forma
indefinida.
En febrero de 1940 se conoce otra
instancia de don Pedro Castillo para que se le incluya en la plantilla de
empleados, lo habían excluido al parecer, no se conocen documentos del conflicto,
pero algo debe suceder porque en abril de 1942 se efectúa retención de fondos
en Depositaría por don Pedro Castillo y, sorpresa, se acuerda extender los
libramientos para el pago.
Con
certeza no se sabe si se efectuó el pago de lo adeudado, o no, pero las
gestoras de turno se quieren sacar de encima al Sr. Castillo. El 6 de junio de ese mismo año llega un escrito del
Gobierno Civil sobre el escalafón de don
Pedro Martín Hernández y Castillo, no debió gustarles a la gestora porque diez
días más tarde solicitan informes del Gobierno Civil para disolver la banda de
música y declarar excedente a su director.
Fieles a su forma de actuar, el
ayuntamiento cambia de parecer cuatro días después, se desiste de ir a Tenerife
y, por su cuenta y riesgo, se declara disuelta la banda de música y excedente
forzoso a su director. Era el 16 de junio, según una fuente y el 20 de junio de
1942 según otra.
El primero de agosto del 42, otra instancia
de don Pedro por la excedencia y haberes (parece que no le habían pagado) y 28
días después el ayuntamiento lo que hace es trasladar la instancia a la
comisión de hacienda para diluirla en su seno.
Así las cosas, el 13 de octubre de 1942, don
Pedro Castillo interpone pleito al ayuntamiento por excedencia forzosa. Y en
febrero de 1943 un recurso contra el presupuesto por cantidad, en el mes de
marzo siguiente existe un fallo sobre uno de sus recursos contra acuerdos de la
corporación, pero no conocemos su sentido, lo último conocido es que el 31 de
diciembre de 1949 hay toma de conocimiento del acuerdo de la Sala 4ª del
Tribunal Supremo sobre la Apelación interpuesta por don Pedro Martín Hernández
y Castillo contra lo acordado por el Ayuntamiento con fecha 20 de junio de 1942
que le declaraba excedente como Director de la Banda de Música. Se dio cuenta
del Oficio de la Audiencia Provincial que lo comunicaba en el pleno de la fecha
indicada.
Por entonces, don Pedro Castillo hacía
aproximadamente medio año que se había marchado a vivir a S/C de Tenerife,
nunca más pisó El Paso, aún viviría fuera de él los últimos catorce años de su
vida y, seis años después de su óbito, el ayuntamiento que le negó el sueldo y
lo expulsó de su plantilla, le distinguió con el nombre de una calle. Qué
ironías del destino.
Once años de litigios se zanjan por los
cronistas redactores de memorias de la banda de música de la siguiente forma −“Por
motivos de la guerra civil se desintegra la banda”− según artículo
publicado en la revista ‘Acorde’ en 03/2006
−“Hacia finales de la década de los cuarenta, la Banda se quedó sin el
citado director, Don Pedro Martín Hernández, por traslado de éste a Tenerife”−.