25.9.24

Algunas otras historias ocurridas durante la guerra civil en El Paso (2).

 

Otras bajadas y otras formas de verlas.

     Un programa de las fiestas del Pino, de las fiestas trienales, es visto y leído por infinidad de lectores y, dependiendo de cómo se aborden “las otras bajadas”, las de los años de la guerra civil, la gente interpreta lo sucedido de una forma u otra.

      Las “solemnes peregrinaciones religiosas” con el propósito de “suplicar de la Divina providencia la pronta terminación de la guerra que actualmente está sufriendo nuestra amada España y se inicie una nueva era de paz y prosperidad” no es cierta, cuando esto no se pedía por la paz, se pedía por la victoria y la aniquilación total del enemigo.

      Rogativas públicas auspiciadas por los curas de Tazacorte, Los Llanos y El Paso (José García Pérez (1912 – 1958)”, tampoco es verídico, se dieron en toda la España donde se implanto desde el inicio de la sublevación las tesis de los sublevados. Veamos que dice la prensa sobre la peregrinación del Cristo de La Laguna.

     La crónica del 2 de febrero de 1937 del periódico la Gaceta de Tenerife decía así “Ahora ha vuelto a su altar el Santo Cristo de La Laguna. Pero esto no debe significar que han terminado las rogativas. Estamos empeñados en una guerra cruenta que ha de redimir a España, Y para vencer tenemos que hacer nuestra la divisa del gran Constantino: "In hoc signo vinces"." que quiere decir con este signo vencerás”.

     El historiador Eduardo Montagut, Historia Jueves, 21 Julio 2016, dice, “La Iglesia española bendijo el golpe y a un bando, el que consideraba como uno de sus principios básicos la estrecha unión entre la Iglesia y el Estado. La Iglesia cobró su apoyo después de la victoria franquista, ya que sacó inmensos beneficios en lo económico, en lo educativo, en lo político y en lo cultural. Los años posteriores fueron los de otra cruzada, la recatolización del país”.

     Dice el programa de fiestas que, en el año 1939 “cumpliendo con un voto hecho al comenzar la Cruzada Nacional por esta ciudad de El Paso, durante el mes de agosto de este año de La Victoria, será llevada en solemne y triunfal procesión por acción de gracias, hasta la iglesia de Ntra. Sra. de Bonanza…

No venga a endulzar la píldora, “acción de gracias por la terminación de la guerra”, no, por la victoria, por el aplastamiento del enemigo.

 Echamos mano de Eduardo Montagut otra vez: “El concepto de cruzada es histórico y se refiere, como bien sabemos, a las guerras o expediciones militares contra los musulmanes en la Edad Media, y en relación con la Tierra Santa, aunque también se aplicó en los conflictos en la península Ibérica entre cristianos y musulmanes, y en otros lugares de Europa. Pero el término se ha ido haciendo más complejo porque se ha aplicado a expediciones, guerras, o campañas que nada tienen que ver con este origen medieval. El caso de la guerra civil española es uno muy evidente. La guerra civil sería una cruzada no contra el islam, lógicamente, sino contra el marxismo, el anarquismo, la masonería, los impíos, los liberales y demócratas, los tibios, “los malos españoles” y los extranjeros que apoyaban la causa de la República. Franco comenzó a usar la expresión de “cruzada nacional” muy pronto, a los pocos días del golpe de julio de 1936. El precedente del uso del concepto de cruzada estaría en José Antonio Primo de Rivera”.

    Procesiones acompañadas por millares de fieles, entre los que destacaban las autoridades locales y fuerzas militarizadas de los pueblos de la comarca”, dice el Programa de las Fiestas 2024. Es decir, destacaban los más feroces represores (autoridades del momento y el Movimiento) y fuerzas paramilitares de Falange y Acción Ciudadana (se fusionarían dos meses después en Falange ET y de las JONS), eran los autores materiales e instigadores de no se sabe cuántas muertes y una represión y humillación que continuaba.

      Las procesiones no eran tales, eran el cortejo de los asesinos, las rítmicas pisadas del desfile se efectuaban con el mismo calzado que empujó los muertos a sus tumbas, que apretó sobre ellas la tierra o la arena de la que rezumaba la sangre de los asesinados, el vaivén de los estandartes sagrados tenía la mímica grotesca que emulaba la oscilación pendular del zapato ortopédico del cojo de San Andrés, frente a la casa de sus padres, al amanecer de la noche en que le mataron.

     En ese mes de febrero de 1937, el cura de El Paso, José García Pérez, intervino en un acto político en el teatro circo de Marte en S/C de La Palma, “fogosa intervención llena de erudición y amor patrio”, dijo la prensa del Movimiento, no de amor cristiano. El cura era un fascista, en uno de sus mítines se le oyó decir “que menos se le puede dar a un enemigo que, una bala, que no vale más que una perra”.

13.9.24

Algunas otras historias ocurridas en El Paso durante la guerra civil española (1).

 

      Desde el 25 de junio de 2024, con motivo del “día del municipio”, durante las fiestas trienales, con actos culturales y publicaciones escritas, hasta el término de las mismas, se ha venido incidiendo sobre una historia general del municipio y del Conjunto Histórico Artístico de Nuestra Señora de Bonanza, en particular, de la que se excluye ciertos episodios que se pretenden mantener en el olvido.

     Mientras solo se sea capaz de observar y añorar los matices del blanco en la pared NW de la ermita de Ntra. Sra. De Bonanza de la huella de una placa colocada en 1953, y se ignore y continué silenciando los matices del negro del postigo de la mazmorra bajo la balconada W., no hay idiosincrasia que valga.

      Podrá haber muchas índoles, tantas como habitantes, pero no una, única como colectividad y como pueblo. Tampoco tiene por qué haberla porque esto no es la Unión Patriótica ni, tampoco, el Movimiento Nacional.

      El municipio es la organización territorial básica del estado y su existencia se fundamenta en tres premisas, territorio, población y organización.

      Es obvio que, si se pregunta si está demostrado algún asesinato o desaparición entre la población asentada en el T.M. de El Paso durante la represión iniciada a la par de la guerra civil, la respuesta es categóricamente NO.

     Pero si se le interpela sobre si, dentro del territorio del término municipal, en partes concretas del mismo, se mató a gentes procedentes de municipios limítrofes que buscaban cobijo y escondrijo en sus monte, cuevas y barrancos, entonces la respuesta pasaría a un SI. Los detalles están escritos en diversas publicaciones.

     Si se solicita una respuesta de si, hijos del municipio, encuadrados en las milicias fascistas de Falange y partidas de Acción Ciudadana salieron a otros municipios a sembrar el terror y la muerte o se participó en las cacerías de “alzados” en los montes de propios, esta contesta sería un SI, que podría abundar con nombres de pasenses situados entre los más sanguinarios asesinos de la geografía insular.

     Si buscamos entre la organización municipal, es decir, sus gestoras, o lo que estaba detrás de las mismas, es posible que se llegue a la conclusión de que evitaron matar a sus vecinos a cambio de darles palizas, multas, humillaciones y cárcel.

     El conjunto de Bonanza fue presidio de detenidos que habían realizado previamente el viaje a la cárcel de Los Llanos, prisiones de S/C de La Palma y retorno al conjunto de Bonanza. Eso para los que no se llevaron fuera de la isla.

     El primer preso, dicho con reservas de otras indagaciones, que figura con el número 344 en los libros carcelarios de Los Llanos, fue David Taño Pérez, alcalde de El Paso (17-05-1931 al 03-02-1933), estuvo en la cárcel de Los Llanos desde el 29 de agosto de 1936 hasta el 3 de septiembre de ese mismo año, es decir durante seis días.

      Una segunda redada en septiembre de 1936 llevó a cuatro “naturales de El Paso”, inscritos con los números 365, 366, 371 y 378. En las anotaciones al margen de los libros pueden leerse cosas así, como, “conducidos por falange del Paso”, por orden del alcalde o, por orden de la autoridad gubernativa. La mayoría no ponía nada, porque en octubre fue la gran redada, en dos días se llevaron a 23 pasenses a la cárcel de Los Llanos y de allí inmediatamente a las cárceles de la capital insular.

     Que, dentro de la ermita de Bonanza, al pie de la bella pila bautismal, se propinaban palizas, generalmente por parte de la Guardia Civil, consta en documentos de consejos de guerra, como el celebrado en Santa Cruz de la Palma a nueve de agosto de mil novecientos treinta y siete. “El cabo de la Guardia Civil me partió los labios al pie de la pila donde me bautizaron”, diría uno. Antero Simón fue apaleado, tenía quince años, por eso su caso se llamó “exploración del menor”.

     El 28 de octubre de 1936 consta la entrada en la cárcel de Los Llanos de Agustín del Rosario Rodríguez, secretario del ayuntamiento de El Paso por “inducción a acto criminoso”

     Ese mismo 28 de octubre de 1936 el ayuntamiento de El Paso toma acuerdos y destituyen al Depositario don Simeón Méndez Taño y lo sustituyen por don Antonio Pestana Pino. Nombran secretario al Oficial Mayor don Francisco Duque Martín por haber sido detenido el titular don Agustín del Rosario.

     Pero a Francisco Duque Martín le llegaría su turno el 28 de diciembre de 1937, ese día el ayuntamiento de El Paso acuerda su cese y el de un oficial del ayuntamiento, este último para incorporarse a filas. Al mismo tiempo habilitan como secretario para sustituir a Duque Martín, a Dámaso M. Díaz Rodríguez que estaba jubilado y había desempeñado el cargo de secretario años atrás.

      El 1 de abril de 1938 el ayuntamiento trata los expedientes instruidos contra los exsecretarios Agustín del Rosario Rodríguez y Francisco Duque Martín, aprueba los mismos y los envía a la Comandancia General de Canarias. Desaparecen a partir de aquí los nombres de estas personas ya condenadas en sendos Consejos de Guerra y puede ser que el ayuntamiento se limitara, que no es poco, a cesarlos en todos sus posibles derechos como exfuncionarios para dejarlos sin pensiones, reducidos a parias en la sociedad de los vencedores.