El culto a la personalidad no deja de ser una forma de dominio sobre los demás por parte de un mandatario.
Durante ocho años se ha ejercido en El Paso un creciente culto a la personalidad del que fuera alcalde, Sergio Rodríguez, hasta convertirlo en líder, creerse un caudillo y asemejarse a un dios. Los cuatro primeros años con la connivencia de los socios de gobierno (PSOE) y la pasividad de la oposición (PP), los siguientes con la inmovilidad de la oposición ya conformada por dos partidos PSOE y PP.
2. -Pagar a un “periodista” (siempre
cobra, independientemente de quien le pague) para que le escriba hazañas
fantasiosas y exageradas de sus actuaciones durante la erupción volcánica es un
acto deplorable.
4. - Decir “No ni quiero
reconocimiento, no estoy aquí para eso y, créanme, lo digo con total sinceridad”
es cinismo en estado puro. Está diciendo lo contrario, quiere honores.

5. - Colocar su retrato flanqueando la
puerta del Salón de Plenos, con el de Manuel Taño de las Paredes (Gestor y
primer alcalde del municipio) al otro lado del portón, es un acto que desnuda su
narcisismo y su soberbia.