Un respaldo masivo de votos y una mayoría aplastante no son sinónimos de un ayuntamiento fuerte y cohesionado. El caso de la alcaldesa de El Paso y su codicia por los cargos puede indicar que avanza en la dirección opuesta al apoyo depositado en ella hasta convertirla en el cargo público con mayor respaldo de toda La Palma.
Un apoyo de tal envergadura conlleva un
ejercicio de humildad, de cercanía y de fidelidad a sus votantes, significa
dedicarse de forma exclusiva al cargo para el cual te votaron, el más alto del
municipio, sin apartarse de los tres pilares que lo definen, el territorio, la
población y la organización del mismo.
Los antecedentes se vieron en 2019, cuando
por un corto espacio de tiempo Ángeles Nieves Fernández Acosta fue consejera
delegada en el Cabildo para el área de “Bienestar Social, Sanidad, Igualdad,
Mujer, Mayores y LGTBI+” y, al mismo tiempo, es 1ª teniente de alcalde y
concejal delegada en el ayuntamiento de El Paso para el área de “Acción Social,
Educación, Participación Ciudadana y Sanidad”. Fue un espejismo, cuando las
expectativas insulares desaparecen, la municipalidad prevalece. Pero la codicia
por los cargos subyace.
Lo vemos ahora, en 2023, Ángeles Fernández
es la responsable de Acción Social, Igualdad, Diversidad, Educación y Salud del
Cabildo y, simultáneamente, alcaldesa de El Paso que gestionará directamente
las áreas de Recursos Humanos, Servicios Sociales y Empleo del ayuntamiento más
las materias indelegables de la alcaldía.
El pleno del 11/07/23 merece ser visto,
la alcaldesa Ángeles Nieves Fernández se sitúa en un plano superior, le importa
poco infringir la ley porque dice que es capaz de trabajar al 200% con
dedicación exclusiva en dos entidades locales a la vez y nos hace recordar
cuando hace exactamente tres años acusaba a sus oponentes políticos de no saber
“distinguir entre el freno y el acelerador”. Señora Fernández, nos
parece que a usted ahora mismo le está patinando el embrague.
Teniendo en cuenta que el don de
bilocación (estar en dos sitios a la misma vez), aparte de no estar demostrado
y solo aceptado por la Iglesia para alguno de sus papas y santos, no es cosa
que, además, ningún secretario de corporación haya dado fe nunca de su
existencia entre concejales y consejeros, nos atrevemos a decir que el producto
resultante de tanto acumulamiento de despachos oficiales, son unos Servicios
Sociales con la oficina principal en Santa Cruz de La Palma, una sucursal en El
Paso y una alcaldía devaluada.
Esto de ir a ver a su predecesor en el
cargo y actual presidente del Cabildo todos los días, se asemejan a aquellos
viajes que daban los alcaldes conservadores pasenses al Llano de Argual para
recibir instrucciones de los Sotomayor. Conclusión, hemos retrocedido un siglo.
En esta situación de duplicidad imposible
la señora Fernández Acosta no va a lograr liberarse del espectro de su
predecesor en el cargo.
Quizá una buena terapia, un exorcismo
adecuado en forma de contencioso administrativo por duplicidad de dedicación en
dos entidades locales logre ayudarla, una oposición responsable lo plantearía,
lo interpondría.